Diferencias entre prensas manuales y eléctricas: ¿cuál es mejor para ti?

Si deseas producir aceite de oliva o vino a pequeña escala, bien sea para el consumo propio en la unidad familiar o con la idea de vender parte de la producción en mercados, es normal dudar entre prensas manuales y eléctricas.
Las prensas manuales para aceite de oliva y para la extracción del vino se han utilizado desde la antigüedad y todavía permanecen, con mejoras en los materiales aunque requiere del uso de la fuerza de quien la maneja. Las prensas para hacer aceite eléctricas realizan el esfuerzo en tu lugar y no experimentan fatiga, a cambio de suministrarles corriente de la red. Pero, ¿en qué más aspectos se diferencian y cómo elegir la que más te conviene?

Ventajas de las prensas manuales

Las prensas manuales son económicas y no requieren del suministro eléctrico. Cuando se trabaja con materias primas como la uva, no es complicado conseguir la presión necesaria para obtener un producto de la mejor calidad, además la cosecha influye más que el prensado en las características del mosto y del vino resultante.

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Con las prensas manuales se puede trabajar a una o a dos velocidades, dependiendo del tamaño, son más ligeras, desmontables y fáciles de transportar. Las prensas mecánicas manuales pueden utilizarse tanto para la elaboración de aceite de oliva (utilizando capachos) como para la extracción del mosto de uva (utilizando jaula de madera). También sirven para extraer jugos de otras frutas, miel, etc. 

Ventajas de las prensas eléctricas

Las prensas eléctricas destinadas a artesanos y pequeños productores se alimentan con la corriente monofásica que recibimos en cualquier hogar, por lo que casi se pueden utilizar donde mejor nos convenga a condición de tener cerca un enchufe.

Llegan a alcanzar los 400 bares, un valor más que suficiente no solo para viticultores y productores de aceite de oliva, sino para artesanos que trabajen  con otros aceites como el de girasol, los obtenidos de frutos secos y los de semillas que pueden ser un subproducto a desechar si solo disponemos de prensas manuales.

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La presión ejercida con estas prensas es uniforme y evita las pérdidas por derrame, pero lo más interesante es que ofrece la capacidad de trabajar con diferentes valores de presión y velocidades. Basta con instalar un automatismo que permitirá programar hasta 36 combinaciones distintas entre duración de pulsado con intervalos de tiempo entre una pulsación y otra. 

La prensa eléctrica permite trabajar en frío con facilidad, algo que preserva algunas características organolépticas interesantes en los aceites vegetales destinados al consumo humano, y reducen las pérdidas inevitables de producto atrapado en la torta. También permiten operar con ciclos más largos, es decir, no es necesario parar para limpiar esa torta inferior tan a menudo como con las prensas manuales.

Han sido diseñadas para producciones pequeñas y medianas, permitiendo acelerar el proceso  cuando el tiempo apremia y corremos el riesgo de que se estropee la materia prima. Su manejo, limpieza y mantenimiento son sencillos y las características del producto no quedan condicionadas a la pericia de quien opera con ellas. 

Diferencias entre prensa eléctrica convencional e hidráulica

Las prensas para hacer aceite y vino pueden ser de muchos tipos, entre ellos: centrífugas, mecánicas o hidráulicas (ya sean manuales o eléctricas). Las prensas centrífugas suelen adquirirse para cantidades industriales ya que la inversión es mucho mayor que las otras, lo cual no significa que sean mejores para obtener un producto de calidad. Las hidráulicas se basan en el principio de Pascal aplicado a vasos comunicantes, por lo que permiten alcanzar presiones superiores a las manuales. Sirven para optimizar el rendimiento de las materias primas con máquinas de menor tamaño, y hoy en día existen opciones para todos los bolsillos, sin ser necesario que sea para uso industrial.

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¿Cómo elegir la mejor prensa según tu necesidad?

Es evidente que, si vas a producir aceites vinos en cierta cantidad y el dinero no es un problema, es mejor optar por prensas eléctricas antes que las manuales. El ahorro en mano de obra y esfuerzo no llega a compensar el tiempo de espera para amortizar la inversión inicial ni el hecho de que funcionan con corriente eléctrica, cuyo precio puede variar de forma drástica.

Para producir determinados aceites y asegurar la homogeneidad de la producción para una misma cosecha, también son mejores las prensas eléctricas si las comparamos con las manuales. Pero la prensa manual es manejable y se puede colocar donde se necesite, en tu propio hogar, en un taller jabonero o en un almacén. 

Hay productos, como el vino, que no mejoran por el hecho de que la presión haya sido aplicada de manera más uniforme o no, lo que unido que tampoco necesitan de muchos bares de presión para su producción, desaconseja la prensa eléctrica frente a la manual salvo si vas a trabajar con caudales elevados o a destajo.

Si eres apicultor, el prensado manual será más que suficiente para separar la miel de la cera, incluso si deseas comercializar también con ella, en lugar de desecharla (muchos artesanos cosméticos emplean cera de abeja para espesar sus productos y protegerlos de la oxidación).

Hemos mencionado a los artesanos jaboneros y a los pequeños productores de cosmética natural porque ambos suelen comprar los aceites o la cera que van a emplear a mayoristas. Sin embargo, algunos optan por producir ellos mismos todos o, al menos, algunos aceites determinados, como puede ser el aceite de bayas de laurel, el de hueso de cereza o el de chufa. Sí, hay aceites muy apreciados en jabonería y cosmética que no se producen a gran escala, por lo que adquirirlos a terceros encarece el producto final. 

¿Has pensado en si te conviene producir esas materias primas tú mismo? En el caso del aceite de granada, muy apreciado con tan solo representar un 1 o 2% del producto final en masa, se obtiene de frutas que han sido descartadas para su venta y consumo .Si hablamos de aceites de hueso de cereza o albaricoque, tu materia prima sería, directamente un producto de desecho de otras industrias o pequeños productores. En caso de estar próximas desde el punto de vista geográfico, ¿por que no estudiar si te compensa añadir una pequeña prensa manual y diferenciarte de la competencia?

Nuestro consejo final: si no cuentas con una clientela asegurada; si vas a producir a escala muy pequeña (autoconsumo); o a partir de cultivos en crecimiento que todavía no han llegado al punto de plena producción, lo mejor es empezar con prensas de menor tamaño (ya sean manuales o eléctricas) aunque ofrezcan un rendimiento menor, y una vez adquirida una estabilidad en la producción ya puedes decidirte por ampliar el equipo que tienes con un kit de doble plato por ejemplo, o bien pasar a prensas de mayor producción.

 

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