Del viñedo a tu hogar: El arte de hacer vino casero

La elaboración y el consumo de vino en España tienen una tradición milenaria que se remonta a antes de la dominación romana de la península. En la actualidad, los españoles consumen una media cercana a los 30 litros por persona y año, lo que coloca a nuestro país en el octavo puesto a nivel mundial. El vino español se elabora en más de 4.000 bodegas y es exportado a la práctica totalidad de los países del mundo.

En el mercado puedes encontrar un gran número de marcas y denominaciones de origen, aunque esta no es la única forma de degustar esta popular bebida alcohólica. Contando con la maquinaria necesaria puedes elaborar vino de excelente calidad en tu propia casa. Sólo hay que tener en cuenta algunos aspectos para hacer un vino casero de forma totalmente natural. 

Qué necesito para hacer vino en casa

Aparte de la maquinaria es necesario contar, como es lógico, con uva sana de buena calidad y en un grado óptimo de madurez, además de tratarla con delicadeza, precisión e higiene. A continuación te mostramos todo lo necesario para elaborar tu vino casero.

Uvas

Es el elemento fundamental. Sin el fruto de la vid no sería posible elaborar el vino. Las uvas deben ser enteras y estar sanas. El tipo dependerá de la clase de vino que quieras elaborar. 

Se calcula que son necesarios al menos 1,5 kilos de uvas por cada litro de vino

Despalilladoras

Esta máquina para hacer vino en casa se encarga de separar el raspón, las hojas y otras partes vegetales de la uva. Aunque puede realizarse a mano, es mucho más cómodo y eficaz utilizar una despalilladora, además las hay manuales a precios muy asequibles para pocas cantidades de uva.

Desgranadoras

La función de las desgranadoras es, por un lado, seleccionar y eliminar los restos vegetales o de cualquier otro tipo que presenten las uvas tras ser recolectadas, y por otro, separar las uvas del racimo.

Estrujadoras

Una de las escenas más icónicas de la elaboración del vino es la del pisado y aplastamiento de las uvas en una cuba. Este es el método más tradicional, pero en la actualidad resulta más rápido y cómodo realizar esta función mediante el uso de máquinas estrujadoras. 

Prensa

El prensado es la etapa siguiente al estrujado. Existen diferentes tipos de prensa (hidráulica, mecánica o de bandas) y la función de todas ellas es la extracción del mosto de la uva mediante el prensado. Una de las cualidades de este tipo de maquinaria para hacer vino es su capacidad de exprimir las uvas sin aplastar sus semillas. 

Depósitos de fermentación

Una vez obtenido el mosto, deberá fermentar en un recipiente para convertirse en vino mediante la fermentación alcohólica, a partir de aquí se podrán hacer diversas operaciones dependiendo del vino que se quiera obtener.

Barriles y bidones de almacenaje

El vino no puede almacenarse en cualquier recipiente. Lo ideal es hacerlo de forma hermética en barriles o depósitos de acero inoxidable específicos que tengan la capacidad de conservar intactos su sabor, aroma y cuerpo, es decir, las conocidas como propiedades organolépticas del vino. 

Embotelladoras y encapsuladoras

Las embotelladoras, que pueden ser automáticas, semiautomáticas y manuales, tienen como función el llenado de botellas con el vino. Una vez embotellado es necesario insertar un tapón para que la botella quede sellada y pueda permanecer tumbada durante el tiempo que corresponda en la bodega. Por otra parte, las capsuladoras tienen como objetivo colocar cápsulas que recubren los corchos y el cuello de las botellas.

 

Puedes usar otros ingredientes e instrumentos para hacer vino en casa. Desde refractómetro en campo para controlar la maduración y vendimia en el mejor momento hasta otros útiles como mostímetro (control de densidad durante la fermentación), probeta, alcoholímetro… También se pueden agregar algunos aditivos como levaduras (fermentación alcohólica), nutrientes, taninos, metabisulfito de potasio (conservación y limpieza) o clarificantes entre otros.

Cómo hacer vino en casa

Una vez que tenemos claro qué es lo que necesitamos para hacer vino en casa, es el momento de fijarnos en los pasos que hay que seguir para que el vino que elaboremos posea el mejor sabor y aroma posibles.

En primer lugar, como ya te hemos indicado, debes seleccionar las uvas enteras, la materia prima del vino. Debes elegir uvas sanas, de la máxima calidad posible y con la madurez en su punto justo.

El siguiente paso es despalillar y estrujar las uvas. En el mercado puedes encontrar máquinas específicas para cada acción y también algunas que permiten realizar ambas. Es una maquinaria para hacer vino en casa bastante económica. 

Durante la fermentación alcohólica el mosto debe estar a una temperatura homogénea y estable que en ningún caso debe superar los 30 grados centígrados. Dependiendo del vino que vayas a elaborar y del tipo de uva del que dispongas, puedes macerar la totalidad de los hollejos con el líquido o solo un porcentaje, para obtener mayor aporte de polifenoles y materia colorante en el caso de los tintos.

Puedes añadir la levadura y metabisulfito, con el objeto de eliminar las bacterias que estén presentes. Tras disolver estos elementos con una pequeña cantidad de mosto debes volver a introducir el líquido en el recipiente. Sabrás que el proceso de fermentación alcohólica ha concluido cuando ya no hay presencia de carbónico ni presencia de azúcares en el líquido. 

Las pastas extraídas del depósito deben llevarse a la prensa para obtener el mosto del vino que aún tienen. El líquido que se saca del sangrado es el de mejor calidad, el «lágrima», que se destinará al mejor de los vinos. El de la prensa puede separarse en varias calidades. El obtenido con poca presión es también de gran calidad y puede unirse al anterior. El de mayores presiones es un «prensa» y se destinará a vino corriente.

Llegados a este punto es el momento del sangrado, separando el líquido del hollejo sin prensado, que será el denominado “de lágrima” considerado el de mayor calidad. Después se pasará al prensado de los hollejos para obtener varias fracciones según la presión ejercida. No obstante, a nivel doméstico y en cantidades pequeñas puede no tener mucho sentido separar fracciones de pocos litros, con lo que es bastante habitual prensar directamente los hollejos y depositar todo el líquido en un mismo depósito / tonel para terminar la fermentación, si fuera el caso, o para el almacenaje. Lo que sí es importante es que durante el prensado no se rompan las pepitas por demasiada presión, ya que pueden aportar sabores desagradables.

Después del prensado se puede utilizar algún clarificante durante un par de días para separar los posibles restos sólidos que queden en suspensión. Se recomienda una temperatura ambiente fresca para realizar esta acción. Si aún así quedarán restos sólidos, se pueden dejar decantar y eliminarlos en los posteriores trasiegos, dos o tres son recomendables para eliminar los fangos de forma natural. También puedes filtrar el vino con filtradoras de placas de celulosa, pudiendo empezar con un filtro grueso de más micras y terminar con nivel más fino.

Una vez que tengas el vino limpio puedes pasarlo a un barril o bidón, lo ideal es utilizar una bomba de trasiego, que las hay muy asequibles, para hacerlo de la forma más cómoda e higiénica posible y evitar que el vino esté demasiado en contacto con el aire. 

Llegado el momento, para embotellar el vino que has elaborado debes utilizar botellas de vidrio y hacerlo mediante llenadoras o embudos, aunque lo más recomendable es que hagas uso de una embotelladora, será más rápido, cómodo y aséptico.

Para finalizar, debes tapar las botellas con corchos, ya sean aglomerados, sintéticos o naturales y, si quieres que éstos estén protegidos y tengan un aspecto más “profesional», puedes utilizar una capsuladora para colocar las cápsulas que recubren parte del cuello de las botellas y los corchos.

Aunque hacer vino en casa pueda parecer un tanto complicado, con un poco de práctica tendrás la posibilidad de ofrecer a tus invitados unos excelentes vinos elaborados por ti mismo, siendo un producto único y peculiar. 

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