Si hay un árbol que resume la historia, la cultura y el paisaje del Mediterráneo, ese es el olivo. En España, convivimos con ellos a diario: salpican los campos, protagonizan nuestras recetas y hasta aparecen en poemas. Pero, ¿cuánto sabemos realmente sobre este árbol milenario?
Un poco de historia
El olivo (Olea europaea) tiene su origen en Oriente Medio, hace más de 6.000 años. Fue domesticado por las antiguas civilizaciones y pronto se extendió por todo el Mediterráneo gracias a los fenicios, griegos y romanos. En la Península Ibérica se asentó con fuerza, especialmente en la época romana, cuando el aceite de oliva era considerado oro líquido.
Hoy, España lidera la producción mundial de aceite de oliva, con más de 2,5 millones de hectáreas de olivar. Y no es casualidad: nuestro clima, nuestros suelos y nuestra cultura han hecho del olivo un compañero inseparable.
Símbolos y leyendas
El olivo ha inspirado todo tipo de simbolismos:
- Paz y esperanza: la paloma con la rama de olivo en el pico es un icono universal.
- Sabiduría y longevidad: su lento crecimiento y su vida larga lo convierten en un símbolo de paciencia y resistencia.
- Victoria: en los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia, los vencedores recibían una corona de ramas de olivo silvestre.
- Bendición: tanto en la Biblia como en el Corán se menciona al olivo como árbol sagrado.
Variedades para todos los gustos
En España existen más de 260 variedades de olivo. Algunas de las más conocidas son:
- Picual: la más extendida. Aceite con mucho cuerpo, amargo y estable. Ideal para cocinar.
- Arbequina: suave, frutado y dulce. Muy usada en ensaladas o tostadas.
- Hojiblanca: equilibrada, ligeramente picante. Sirve para aceite y aceituna de mesa.
- Cornicabra: intensa y aromática. Propia de Castilla-La Mancha.
- Manzanilla y Gordal: variedades de mesa, muy populares en el sur.
Cada variedad da un aceite con matices distintos. Si nunca lo has hecho, pruébalos y descubre cuál es tu preferido: hay un aceite para cada paladar.
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El acebuche: el hermano salvaje
Antes del olivo cultivado existió el acebuche (Olea europaea var. sylvestris), una variedad silvestre que aún crece en nuestros montes. Es más pequeño, da frutos llamados acebuchinas y su aceite es escaso pero muy aromático. Se utiliza en cosmética y su madera es especialmente dura.
Curiosidades del olivo que sorprenden
- La flor del olivo es hermafrodita, solo 2 de cada 100 flores llegan a convertirse en aceitunas. El propio árbol descartará las semillas menos idóneas para garantizar el óptimo desarrollo de las restantes.
- Algunos olivos pueden vivir más de 2.000 años. En España hay ejemplares milenarios en Tarragona, Jaén o Castellón.
- Su madera es tan densa que se hunde en el agua.
- Un olivo puede tener aceitunas verdes y negras al mismo tiempo: todo depende del momento de cosecha.
- Hay olivos con nombre propio, como el de Sóller (Mallorca), al que llaman «El abuelo».
- El olivo cultivado nunca pierde las hojas.
- Sus raíces pueden alcanzar hasta 6 metros de profundidad.
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Un cultivo con futuro
El olivo está en plena transformación. Se apuesta por el cultivo ecológico, el riego eficiente y la tecnología para cuidar el suelo. Cada vez más se valora la biodiversidad del olivar y su papel en la lucha contra la desertificación.
El aceite también vive un boom gourmet: catas, botellas de diseño y marcas de autor convierten al «oro líquido» en un producto de lujo asequible.
Las numerosas curiosidades del olivo ponen de relieve la milenaria tradición que rodea a la elaboración del aceite de oliva. El equipo que necesitarás para llevar a cabo este proceso lo tienes en Francisco Sanahuja Maquinaria, fabricantes y distribuidores de maquinaria especializada para elaborar aceite.