Cómo Plantar un Olivo: Guía Completa para Sembrar y Reproducir Olivos

El olivo (Olea europaea L.) es un cultivo perenne y longevo, característico de climas mediterráneos. Plantarlo correctamente desde el inicio es fundamental para su buen desarrollo, productividad y longevidad. Esta guía proporciona un enfoque técnico accesible para quienes desean establecer un olivar, ya sea con fines comerciales o para autoconsumo.

  1. Selección del terreno y condiciones climáticas

El olivo requiere climas templados a cálidos, con inviernos suaves y veranos secos y calurosos. Soporta bien la sequía y es sensible a heladas intensas y prolongadas. El terreno ideal es profundo, bien drenado, con textura franca o franco-arenosa, y pH entre 6 y 8.

Evitar zonas con encharcamiento o mal drenaje, ya que las raíces del olivo son sensibles a la asfixia radicular.

  1. Preparación del suelo

Antes de plantar, es recomendable hacer un análisis de suelo para evaluar la fertilidad, salinidad y estructura. En función de los resultados, se pueden hacer correcciones con caliza (para subir el pH), yeso (para sodicidad) o materia orgánica (para mejorar la estructura y retención de humedad).

Se recomienda una labor profunda de subsolado (60-80 cm) para romper capas compactadas, seguida de un arado y rastra para afinar el terreno.

  1. Elección del material vegetal

Se puede plantar mediante plantones enraizados o por reproducción vegetativa. Las variedades deben seleccionarse en función del clima, suelo, resistencia a enfermedades, uso (aceite o mesa) y compatibilidad de polinización. Ejemplos comunes: ‘Picual’, ‘Arbequina’, ‘Hojiblanca’, ‘Manzanilla’.

Los plantones deben tener un sistema radicular sano, sin plagas ni enfermedades, y una altura de al menos 40-60 cm con buen vigor.

  1. Época de plantación

La mejor época para plantar es a finales de invierno o inicios de primavera (febrero-abril), evitando heladas y asegurando buena humedad del suelo. En climas más templados se puede plantar en otoño.

  1. Marco de plantación

El marco dependerá del sistema de cultivo:

  • Tradicional: 8 x 8 m o 10 x 10 m (100-150 árboles/ha)
  • Intensivo: 6 x 5 m (300-400 árboles/ha)
  • Superintensivo: 4 x 1,5 m (1.500-2.000 árboles/ha)

El sistema elegido influye en la mecanización, poda y recolección.

Un olivo de unos 50 años de edad, bien manejado y en un marco tradicional, puede producir entre 30 y 60 kg de aceituna por campaña. En condiciones óptimas (riego, fertilización, control sanitario), la producción puede superar los 100 kg por árbol en años excepcionales.

  1. Plantación

  1. Abrir hoyos de 40 x 40 x 40 cm.
  2. Colocar el plantón con cuidado, cubriendo las raíces sin enterrar el cuello.
  3. Rellenar con tierra mezclada con compost o estiércol maduro.
  4. Presionar ligeramente para eliminar bolsas de aire.
  5. Regar para asentar el suelo.

Se puede instalar un tutor para proteger del viento y asegurar el porte vertical.

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  1. Riego

Aunque el olivo es tolerante a la sequía, el riego en los primeros años es clave para el establecimiento. Se recomienda riego localizado (goteo), con frecuencias ajustadas a la evapotranspiración y desarrollo del árbol.

Un riego semanal en primavera y verano suele ser suficiente para plantones.

  1. Fertilización inicial

Aportar materia orgánica en el hoyo de plantación. A partir del segundo año, se recomienda un plan de fertilización basado en análisis foliar y del suelo, aplicando NPK y microelementos como boro y zinc.

  1. Control de malezas y protección

Mantener el área libre de malezas alrededor del plantón al menos durante los dos primeros años. Se pueden usar acolchados orgánicos o herbicidas selectivos.

Proteger contra conejos o roedores si es necesario, con mallas o tubos protectores.

  1. Reproducción del olivo

Se puede propagar por varios métodos:

  • Esquejes leñosos: segmentos de ramas de 20-25 cm, enterrados parcialmente en sustrato húmedo y aireado.
  • Estaquillas semileñosas: enraizadas bajo niebla controlada y temperatura de 20-25 °C.
  • Acodo aéreo: incisión en rama viva, envuelta en musgo húmedo hasta que eche raíces.
  • Injertos: sobre patrones resistentes, para cambiar variedad o mejorar adaptación.

En viveros profesionales, se usa el enraizamiento de estaquillas con hormonas enraizantes y condiciones de humedad y temperatura controladas.

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  1. Cuidados posteriores

  • Poda de formación: en los primeros 2-3 años para establecer la estructura del árbol.
  • Protección fitosanitaria: vigilar plagas como el prays, mosca del olivo y repilo.
  • Mantenimiento del riego y nutrición según la fase fenológica.

Conclusión

Una correcta plantación y reproducción del olivo son la base para un cultivo sano, productivo y sostenible. La elección adecuada del material vegetal, el conocimiento del entorno y el manejo cuidadoso en los primeros años asegurarán el éxito del olivar a largo plazo.

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Ah! y no te desesperes: el olivo es lento al principio, pero muy longevo y resistente.

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